A mediados del siglo XVI, Anés Van Trille y Ana Jaques poseyeron la antigua finca urbana donde posteriormente se construiría el tearto Circo de Marte. Durante muchos años esa finca fue pasando de propietario en propietario. Aproximadamente en el año 1718, la casa familiar que en la parcela se ubicaba fue puesta en venta, y posteriormente fue vendida a el convento más póximo para proceder a su derribo, y construir en su lugar un plaza, que fue terminada en 1754. Cien años después, en el solar de la plaza se fabricó un circo-teatro cuyo expediente fue aprobado por el gobierno civil de la provincia con fecha 23 de agosto de 1854.
Una vez fabricado, el Circo de Marte fue el centro cultural y social de la ciudad. En él se celebraron históricas veladas literarias y políticas, y allí también se llevaba a cabo la siempre esperada temporada de bailes que abarcaba desde el día de la Inmaculada Concepción hasta la fiesta de Carnaval, actos todos ellos que tuvieron amplia difusión en la prensa de los distintos años.
Teatro Circo de Marte en 1910 |
En 1888, el Circo de Marte sirvió como hospital improvisado para acoger a los enfermos afectados por la fiebre amarilla.
D.
Mario Baudet, en 1968, pretendió derribar el Circo de Marte. Al
respecto elevó instancia al Ayuntamiento, pero la corporación municipal,
en sesión del 5 de abril, acordó por unanimidad no estimar conveniente
el derribo del teatro.Años dorados
En su años Dorados, la década de 1870 y principios de los '80, el Circo sería galería, salón de bailes y circo, además de ocasional palacio de exposiciones, de veladas literarias y de reuniones de las banderías políticas locales.
Desde
la Inmaculada hasta finales de febrero o primeros de marzo tenían lugar
los bailes de disfraces de carnaval en el Circo de Marte. A partir de
1872 comenzó una franca rivalidad entre el Circo y el Casino-Liceo por
ver quién organizaba los mejores bailes de máscaras, cuya competencia
redundó en un mayor brillo de tales espectáculos.
Las riñas de gallos constituían entonces el mayor espectáculo y juego
de apuestas bajo techado de la Palma, pasión gallística que compartían
muchos palmeros de todo el espectro social, y que alimentaba la eterna
división de la capital en dos partidos: el de Arriba y el de Abajo,
denotando así una rivalidad heredada de los tiempos de la
ciudad-convento. Su aplicación al mundo de los gallos, sin embargo, se
ha fijado en fecha tan reciente como 1864, cuando comenzaron las
temporadas de peleas organizadas entre dos partidos en galleras de la
ciudad.
Finalizada
la temporada de gallos, el calendario de diversiones de la capital
abria enseguida a una nueva página en el Circo de Marte, la circense,
sobre todo a finales de la primavera y primera parte del verano, pero
extensible a otros meses del año.
Las obras de la primitiva construcción dan comienzo a principios de 1870, bajo la idea de una edificación cuyo destino principal sería la riña de gallos, y que además podría usarse como local de espectáculos.