El edificio se compone
de dos cuerpos, la entrada con cuatro arcos de medio punto apoyados en columnas
de fuste estriado sobre plintos y las caras decoradas con relieves, dan paso al
atrio. El segundo contiene cuatro ventanas, las dos de la derecha están
divididas con sendos parteluces, por pilastras con capiteles en volutas. En esa
fachada se encuentran labrados los escudos de España y la Isla, dos gárgolas, un busto de
Felipe II y un letrero que dice: El Lcdo. Alarcón, Teniente del Lcdo. Almentero
lo acabó en 1563.
En un principio la cárcel se situó en la parte baja de la calle
Trasera con entrada propia. En la entrada principal la sala de la Audiencia de
Justicia y en la planta superior, la sala de sesiones del Cabildo.
El edificio ha sufrido
reformas en el siglo XIX debido al celo del Alcalde Miguel Pereyra que hizo la
puerta y escalera principal de entrada, la galería alta, cuartos para la
administración de correos y otras reformas de menor importancia.
El estilo renacentista
lo convierte en una de las joyas arquitectónicas canarias. En su interior
merece contemplarse la pintura al fresco La Romería del pintor palmero
González Méndez y la pintura mural de Mariano de Cossío en la escalera
principal.